Llega la primavera, empiezas a quitarte ropa y quieres que lo que hay debajo luzca mejor que el verano pasado, porque te apetece un montón ponerte en modo ¡Aquí estoy yo!
El instinto natural funciona por mucho que te empeñes en llamarlo de otra forma.
¿Cómo adelgazar?
Adelgazar para triunfar, no solo ante los demás, también ante el espejo que te refleja. Eso es lo que te propones hacer desde ahora mismo, porque ya necesitas mucho más tiempo para ponerte en forma. Hace solo unos años bajabas 3 o 5 kilos a la mínima que te pusieras a ello, ahora necesitas un buen plan y algo más de tiempo para conseguir tu objetivo sin morir en el intento. ¡Ay! el tiempo pasa.
El tiempo es un endemoniado promiscuo que toca y gastas todas las pieles, también la tuya, pero hay algo que puedes hacer que suceda para atenuar su marcas.
Te contaré algunas cosas que suelo poner en práctica.
Antes solo dejame decirte que hacer algo para mejorar físicamente está bien, hacerlo con Consciencia da mejores resultados porque lo primero que necesitas, para que te funcione bien cualquier propósito que tengas en la vida incluido recuperar tu figura, es poner conciencia y ConSciencia. Las dos cosas.
– Los pensamientos negativos engordan, son puro azúcar con corticoides (glucocorticoides).
– El azúcar engorda a casi todo el mundo, lo sabemos de sobras.
Y digo a casi todo el mundo porque seguro que conoces a gente que comen lo que engorda y no engordan, otros que comen lo que engorda y engordan y otros que comen lo que no engordan e igual engordan (estos son los menos) y luego estás tú que comas lo que comas… y engordas.
Los pensamientos negativos engordan
Explicarte en detalle porqué los pensamientos negativos engordan es un poco largo y seguramente no tienes ahora mismo interés en entrar al fondo de la cuestión. Puedes dejarlo para otro momento. Te ayudo en eso. Soy autora del trabajo Ciencia para la Consciencia, libro, ebook y audiolibro, allí encuentras una información muy valiosa sobre el estrés, sus consecuencias sobre el metabolismo y la salud en general incluso sobre las emociones. Al final de este post dejo los enlaces, pero ahora vamos al grano
Ahora lo que quieres saber es qué puedes hacer para adelgazar sin sufrir.
Lo primero es tu enfoque. Es diferente pensar en “perder peso” o “adelgazar” que pensar en ”ganar esbeltez”, cambiar grasa por músculo”, “mejorar” la salud.
Es diferente por completo enfocarte en lo que quieres obtener que hacerlo en aquello que quieres perder de vista porque te desagrada.
Al pensamiento de “ganar esbeltez” le seguirá una cascada de hormonas endorfinas, fantásticas, que equilibrarán tus hormonas y neurotransmisores; dopamina, colecistoquinina, leptina, cortisol, norepinefrina, insulina, gaba… Todas ellas, y otras que necesitas para conseguir tus objetivos, tenderán al equilibrio y comenzarás a reciclar materia grasa.
Objetivo: el peso ideal.
A poco que entiendas este primer objetivo de enfocarte en el bien que necesitas; recuperar tu figura, cambiar grasa por músculo… el proceso se pondrá en marcha solito.
Tu cuerpo es un mecanismo biológico que siempre, siempre y siempre trabaja a tu favor, incluso cuando produce cantidades industriales de azúcares (neoglucogénesis) y tú empiezas a convertirlas en grasa para poder acumularlas. Puede ser que estés delgada o delgado y que toda tu masa sea grasa., pero esa es otra historia importante que requiere otra reflexión.
Estamos en que tienes grasa que quieres convertir en músculo. Seguro que sabes lo que abulta 1 kg de grasa y 1 kg de carne magra. Ni la mitad, de manera que quieres más masa a cambio de grasa.
Volvamos a la cuestión del enfoque correcto.
Hacer dieta no siempre adelgaza
Cuando tú piensas en hacer dieta sabes, por experiencia, que te vas a privar de muchas cosas que te gustan mucho, que te encantan, que te deleitan.
Tendrás que tirar de tu fuerza de voluntad.
¿Cómo dices? ¿Qué voluntad? ¿De qué voluntad me hablas?
Si tuviera voluntad no tendría que hacer dieta después de Navidad, después de Semana Santa, antes de las vacaciones y después del verano, de la romería de mi pueblo, los cumpleaños de mis amigas y amigos, mi familia, el día de los enamorados, el del padre, el de la madre, bodas, bautizos y comuniones, el Dos de Mayo…
Hay tanto que celebrar cada mes, y lo celebramos con un criterio tan errado: Dulces, pan, colas, natas, alcohol, chuches, patatas fritas, empanadas y empanados, bizcochos, y cualquier otra cosa que lleve harinas de cereales, azúcar y leche…
- Tu cerebro recibe una señal electrofisiológica indica amenaza de hambruna y le envía una señal al hígado que traducida a un lenguaje entendible dirá más o menos esto: “Ponte a acumular nutrientes que se aproximan días de pasar necesidades”.
- El hígado obedece, se hace más efectivo, al principio lentamente, pero conforme por tus emociones van pasando días de privación, sacrificios y renuncias tu hígado empieza a aprovechar mejor los nutrientes y eso se traduce en que tú sigues haciendo dieta, pero cada vez es menos efectiva, incluso llega un punto que deja de funcionar lo cual te lleva a la decepción y la seguridad de que “esto no funciona”.
Vamos a los que nos interesa:
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Tan importante es elegir bien los alimentos como cocinarlos adecuadamente. Las cocciones mas recomendadas son aquellas que se pueden preparar con poca grasa. Si cocinas para mas de uno calcula las cantidades de la receta en proporcion a tu dieta.
Publico tu comentario con mucho gusto aunque no comparta tu opinión sobre “cocer con poca grasa”.
Gracias por comentar. Cuídate